NOSTRA·PATRONA·CLIO·MVSA·HISTORIAE

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"Historia magistra vitae est" (Cicero)

domingo, 18 de mayo de 2008

In coemeterio

Y esta semana en Estudiants avorrits...

Dos jóvenes historiadores se han acercado a la Catedral de Tarragona para averiguar cómo era un enterramiento en el siglo V d.C. La noche era fresca y caían algunas gotas pero Glòria y Rafa no se echaron atrás y fueron a investigar, esperaron que fuera la hora y a las 23:15 las puertas del claustro se abrieron y estando todo a oscuras y sólo alumbrado el camino por unas pequeñas lucecitas de navidad vieron a un grupo de gente cantando y paseando con antorchas por el interior del recinto, después de hacer un pequeño vídeo se dirigieron a la habitación del Cristo que conecta con el ábside y allí vieron un vídeo sobre la parte alta de Tarragona y la Catedral. Al salir de allí entraron al claustro y en la oscuridad apareció un entarimado con un muerto, la pobre familia y el sacerdote oficiando una pequeña misa, sacerdote que por cierto era el ex-director de uno de los asistentes. Por lo que se ve en el siglo V d.C. la sociedad tardorromana también heredó la costumbre republicana de contratar a unas plañideras (planificae, creo que se decían en latín), para no mostrar el dolor por la perdida del ser querido al resto de la comunidad. Tras tener expuesto el cadáver en casa durante unos cuatro o cinco días para que los familiares y amigos más lejanos puedieran despedirse del difunto se disponían en procesión y entonando cantos fúnebres a transportar el cadáver de noche hasta el coemeterio, allí, el sacerdote leía una plegaria por su alma y un familiar echaba cal viva sobre la tumba. Hay que decir que en el siglo V d.C. tenemos varias formas de dar sepultura, a saber: la cremación o incineración, la inhumación, enterrando el cuerpo con una simple sábana en la tierra, el entierro en ánforas o el que se hacía mediante tejas (tegulae), que es el que aquí se nos muestra. Para terminar, una vez enterrado el cuerpo, la família se disponía a celebrar un pequeño banquete en honor al difunto para así poder crear un vínculo afectivo entre el mundo terrenal y el espiritual pero a diferencia de lo que se hacía en la Roma antigua una vez celebrada esa pequeña comilona no se derramaba sangre alguna en combates como los romanos heredaron de los etruscos.

Felipe de Anjou

y aquí hemos conseguido transcribir, pero no traducir, lo que dice el señor de blanco...:

"in maxima rerum est cura, divinas caeli quas provicit Deus arques et cederit Santa Christi in Sede, qui estis..."

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